Aminetu, Al Qaeda en el Magreb y la úlcera africana

La activista saharaui, Aminetu Haidar

España tiene un problema con África. El ‘continente negro’ es una fuente de continuos conflictos para el Gobierno, sea de un bando o de otro. Las crisis se cuentan por decenas: Perejil, Ceuta y Melilla, Marruecos… y ahora, Aminetu Haidar y el Sáhara, y los terroristas de Al Qaeda en el Magreb que mantienen secuestrados a tres compatriotas.

No existe territorio más conflictivo para España que África. España es la frontera natural entre dos continentes con enormes diferencias de renta per cápita y de estado del bienestar, de ahí que la Península Ibérica sea un lugar obligado de paso para cientos de inmigrantes en busca de un futuro mejor.

Pero además de la inmigración, España se ha visto envuelta en los últimos años en diversas crisis con países africanos que se han soliviantado de manera mediocre. Es el caso del enfrentamiento vivido con Marruecos a cuenta del islote Perejil. O la eterna disputa por la españolidad (o no) de las dos ciudades autónomas situadas en territorio africano, Ceuta y Melilla.

En los últimos días, dos sucesos han vuelto a poner en un aprieto al Gobierno nacional. El primero de ellos es la huelga de hambre que vienen manteniendo desde hace casi un mes la activista saharaui Aminetu Haidar en el aeropuerto de Lanzarote y que ha vuelto a avivar las cenizas del conflicto con el Sahara que España viene arrastrando desde la época franquista.

Con el dictador agonizando, Arias Navarro firmó los llamados ‘Acuerdos de Madrid’, por los que España se comprometía a abandonar el Sáhara cediéndoselo a Marruecos y Mauritania. Pero la ONU no reconoce este texto, por lo que España tiene ‘de iure’ responsabilidad sobre el territorio.

El Ministerio de Exteriores ya ha ofrecido varias alternativas a Haidar, todas ellas rechazadas. ¿Cómo se resolverá la crisis? No se sabe, pero si la activista muere, España tendrá un grave conflicto diplomático. La solución, quizás, podría venir a través de una mediación internacional por parte de Estados Unidos.

El segundo caso, y, probablemente, el más preocupante, es el secuestro de tres cooperantes de una ONG catalana en pleno desierto mauritano. Al Qaeda en el Magreb ha reivindicado dicha acción por lo que el problema que se cierne sobre el Gobierno es aún mucho mayor: los tres compatriotas están en manos de terroristas que no dudarán en acabar con su vida si España no cede a sus reivindicaciones.

Los problemas (incómodos) se acumulan para España en un territorio inhóspito y fuera de nuestro control. Preocupa especialmente el secuestro a manos de terroristas, caso para que el Gobierno ha exigido una especial sensibilidad.

¿Cómo cree que se solucionará el secuestro de los tres cooperantes españoles? ¿Y el caso de Aminetu Haidar? ¿Qué pasos o decisiones debería tomar el Gobierno español? ¿Ve posible la mediación de la administración Obama?